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¿Quién paga la Seguridad Social en un contrato mercantil?
Un contrato mercantil es el que comúnmente se menciona como de prestación de servicios, la diferencia con un contrato laboral es que el mercantil se lleva a cabo entre empresarios. Por tanto, si hay un empleado en ese contrato, se tratará de un trabajador independiente o por cuenta ajena. Pero, ¿quién paga la Seguridad Social en el contrato mercantil si ambas partes están en igualdad de condiciones?
Índice de contenidos
Tipos de contratos mercantiles
En la práctica de los contratos mercantiles podemos encontrar diferentes tipos.
De colaboración
El primero de ellos es el de colaboración, en el que hay una prestación de servicios en la cual, el objetivo principal es alcanzar un objetivo que previamente se haya acordado.
De préstamo
Por otro lado, el de préstamo es el más común cuando se trata de interactuar con una entidad financiera, pues consiste en aportar una cantidad dineraria que será devuelta con intereses.
De custodia
Otro tipo de contrato mercantil es el de custodia, en él, se entrega una cosa objeto de dicho contrato que será guardada y cuidada a cambio de la contraprestación acordada.
De seguro
El de seguro es aquel que cubre un riesgo también a cambio de la cantidad acordada. Por último, el de intercambio consiste en una interacción en la que se cambian prestaciones de servicios, como ocurre por ejemplo en el de compraventa.
¿Qué empresario tiene que pagar la Seguridad Social en el contrato mercantil?
En un contrato mercantil, y esta es otra de las diferencias más obvias con el laboral, cada parte del contrato se hará cargo de su Seguridad Social. Tanto el importe de cotización, como el IVA y el IRPF correrá a cargo de cada empresario, sin perjuicio de que después, en concreto el IVA, se lo puedan deducir en Hacienda al repercutirlo sobre un tercero, el consumidor final.
Ventajas y desventajas de un contrato mercantil
Un contrato mercantil nos puede aportar muchas ventajas como poder incrementar nuestros ingresos o la flexibilidad de horarios. Además, al ser empresarios independientes, cada uno controla sus propias finanzas y puede buscar el éxito en lo que hace, de modo que pueda incrementar su satisfacción personal con la labor que realiza. Sin embargo también existen desventajas, como que se pueden incluir cláusulas de exclusividad de ventas y, además se pierde el derecho al paro en muchas ocasiones.
En definitiva, este tipo de acuerdos se realizan entre dos empresarios independientes, por lo que cada una de las partes paga su propia Seguridad Social en el contrato mercantil.
La igualdad entre partes puede ofrecer un gran número de ventajas. Sin embargo, hay que tener cuidado también cuando una de las partes es un autónomo y otra una empresa, pues el prestador de servicios podría quedar expuesto con ciertos tipos de cláusulas contractuales que hay que negociar adecuadamente.
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